lunes, 13 de diciembre de 2010

NAVIDAD EN CUBA -


Navidad en Cuba

Tradiciones

Desde los comienzos de la etapa de la llegada de los españoles a América, las tradiciones navideñas integraban el patrimonio religioso y cultural del pueblo cubano.

Las costumbres eran similares a otros pueblos latinoamericanos: enviar postales navideñas de deseos de felicidad y paz, reunirse con familiares y amigos, obsequiar presentes y adornar vidrieras, casas, calles con árboles y ornamentos navideños.
Los platos navideños de la cena de nochebuena podían ser ensaladas acompañando el lechón, yuca con mojo, mucho ajo, fricasé de pollo, congri, bananas,; no faltaban el vino y la sidra, los postres y turrones.
Se concurría luego a la Misa de Gallo.
Durante el comienzo del gobierno de Fidel Castro, a partir de 1959 el gobierno suspendió estas fiestas religiosas y a partir de 1969 fueron eliminadas oficialmente.
No se permitió celebrar oficialmente durante 28 años la Navidad cubana.
En diciembre de 1997, ante el anuncio de la visita del Papa Juan Pablo II , Fidel Castro volvió a declarar el 25 de diciembre como día feriado no laborable.
Aunque el gobierno hubiera eliminado el feriado de Navidad, y aunque los cristianos trabajaran, igual adoraban en la intimidad de sus hogares el nacimiento  del Niño Jesús, y recordaban a la Virgen María, de San José, y a las tres figuras de los Reyes Magos de Oriente.
Celebración en Cuba
Escribo para comentarles algunos detalles más sobre las fiestas de fin de año en Cuba. Soy cubana, chef y especializada en cocinas étnicas.

"...La comida tradicional de las mesas el 24 de diciembre si bien no se celebró más luego del triunfo de la revolución, continúo siendo el pavo o el pollo con arroz congrí, o arroz y frijoles, viandas (yuca, malanga, boniato) con mojo criollo a base de naranja agria, grasa de puerco y mucho ajo semifrito. También acompañaban ensaladas o plátanos fritos maduros o verdes en versión de mariquitas o tostones. Los postres algún que otro dulce en almíbar con queso criollo.

La cena de fin de año aún no celebrándose las fiestas como en el resto de los países, continuó siendo la más importante y familiar. Para esta ocasión las mesas se vestían y aún se visten con lo mejor. El cerdo es el anfitrión de la comida y es todo un ritual su cocción. Se cocina la pieza o el animal entero según sean las posibilidades económicas y edilicias, pues la cocina con horno no es un artefacto común en las casa cubanas de post revolución. El adobo que permite ese sabor y olor tan característico del ambiente navideño cubano se prepara días antes, al menos dos, y no intente saber de qué se compone pues cada familia posee su "mojo especial". El animal deja en el refrigerador macerando para luego ser cocinado lentamente desde tempranas horas. Quien lo haga será indistinto, hay hombres que se encargan o mujeres, no es una relación comida sexo fija, sino variable en dependencia de la mano o sazón que tenga cada uno.
En otros casos, el lechón es llevado a las panaderías, quienes por un mínimo valor permiten la cocción en hornos grandes.
Acompañan este animal el infaltable arroz y frijoles negros, bien espesos y condimentados, la ensalada de lechuga que es típica por la époco y algún tomate. También plátanos fritos y viandas con su mojo criollo. La cena termina con los típicos buñuelos en forma de ocho que se elaboran a partir de una masa de harina, huevo y varios tubérculos. Según la familia, algunos le pondrán ralladura de naranja, anís o canela en polvo. Luego a estos se  les da forma de 8 y se les fríe, se bañan con un almíbar espesa.
El inicio de un año también implica otros rituales. Según contaban mis abuelos, cuando pasaban las 11.30 de la noche, era obligatorio poner en un platito a cada comensal 12 uvas, para que fueran comiéndolas en señal de el paso de los 12 meses. Costumbre que hoy no existe pero es recordada por muchos.
También había turrones pero hoy no se consumen mayoritariamente,  si en algunas familia de ciertos sectores sociales.
Ya acercándose las 12 de la noche, cada familia desde el triunfo de la revolución espera la hora oficial frente a la televisión. Todos se abrazan, se felicitan y comienza uno de los rituales más graciosos y espectaculares "el tirar agua". Las familias se agolpan en balcones, terrazas, puertas de calle o donde sea para lanzar agua a la calle en señal de limpieza para el año que entra. Algunos cuentan que en otras épocas se lanzaban además ropas viejas y rotas, cosa de empezar el año renovado y limpio. Si bien esta fiesta dura unos minutos, algunos continúan hasta entrado el año gastndo bromas a cuantos pasan.
Es sabido entonces que cuando se acerca el horario de las 12, los cubanos no salen de sus casas por miedo a que los mojen y si se encuentran en la calle, el resguardo es lo mejor para no ser recibidos en el año nuevo a ritmo de baldazos.
Las fiestas en algunas familias son el motivo de reunión y en otras no. Para los que prefieren pasarla juntos, la rumba toca la madrugada y hasta la espera del amanecer...."
Yilán Gil Guzmán
Chef ejecutiva

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