Los ganaderos realizaron una asamblea hace dos semanas.
Hace dos semanas, el sector ganadero se declaró en emergencia debido a la poca rentabilidad que tiene el sector, así como por la creciente inseguridad física que se registra en las haciendas.
El precio del ganado en pie y de la leche se mantiene desde hace cinco años, pero el costo de los insumos se duplicó, señala José Zambrano, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos.
El alambre de púas por ejemplo, subió de $20 a $60, el rollo de 500 metros. Además este año se sumó el costo de los impuestos que le tocó pagar a este sector. Uno de ellos es el tributo a las tierras, que se cobra sobre las 25 hectáreas ($8,91 por cada hectárea). “El Presidente dice que quien tiene más de 40 hectáreas ya es un terrateniente lo cual es un desconocimiento total de él y de quienes lo rodean, porque para mantener un hato ganadero se requiere de una gran extensión de tierra”.
En la Costa, según Billy Rosero, presidente de la Corporación de Productores Ganaderos de Vinces (Los Ríos), se requiere de entre tres y cuatro hectáreas de terreno para criar a un animal. Esto por la calidad del pasto y por las diferencias climáticas que existen en las zonas costeñas. “Cuando hay inundaciones el ganado tiene que ir a las partes altas y cuando hay sequia hay que buscar terrenos bajos para poder encontrar restos de agua y que se alimenten los animales”.
La libra de carne se compra en hacienda entre $0,35 y 0,65, indica Rosero. Pero a ese valor se le debe descontar el 1% de la retención a la fuente por la venta del producto, el anticipo al Impuesto a la Renta, el Impuesto a la Tierra y los prediales. Además se suma el costo de la afiliación de los trabajadores al Seguro Social, así como el pago del salario digno a los empleados
“Y ya se nos está tratando de imponer una ficha ambiental que puede costar entre 10.000 y 20.000 dólares, además de una patente municipal para vender los productos. También estamos a la espera de que se resuelva la Ley de Aguas, si la aprueban habrá que pagar el agua que usan los animales y para regar los pastizales. También se está planteando una matrícula agrícola para que las cosechadoras o las bombas de agua tengan su matrícula. Estamos quebrando”, asegura Rosero.
Paul Olsen, presidente de la Asociación de Ganaderos del Litoral, explica que muchos hacendados se tomaron de 10 a 20 años para crear un hato con buen material genético. Son animales que cuestan entre 1.000 y 1.500 dólares, pero se tienen que vender entre 300 y 400 dólares al camal. “Hay ganaderías que están cerrando sus puertas y se están trasformando en haciendas madereras, que requieren de menor mano de obra generando desempleo. Todo ese ganado se va al matadero ocasionando a su vez una sobreoferta de carne”.
En febrero pasado, los ganaderos se movilizaron para exigir al Gobierno una revisión en el precio de la leche. Luego de varias reuniones se determinó un valor piso de $0,39 con la posibilidad de que las plantas de producción paguen un bono por la calidad del producto. “El costo de producción de una propiedad lechera está entre $0,36 y 0,40 por litro. Con el bono se puede elevar el pago hasta en $0,54, pero casi nadie respeta esa tabla”, señala Olsen.
La inseguridad también golpea a los ganaderos. Gerardo Cevallos, ganadero de Manabí, relató que su hacienda fue asaltada hace un mes y se le llevaron 35 animales. Pero que en forma consecutiva cada dos semanas o tres semanas se le roban de 2 a 5 cabezas de ganado.
Zambrano explica que en este año, En Guayas y Los Ríos, asesinaron a cuatro presidentes de las asociaciones de ganaderos, aunque señala que los robos y asaltos se producen a diario. Y que pese a que se realizaron reuniones con las autoridades de seguridad, aún no se ven los resultados.
“Con el decreto 001 se quitó las armas al ciudadano corriente, pero el delincuente sigue armado y se está apropiando de las zonas rurales del país, donde existe menos presencia de la policía. Existen asesinatos, secuestros, actos de abigeato y eso tiene muy mal al sector rural”, sostiene Olsen.
Uno de los principales pedidos del sector es que se permita portar armas a los hacendados para proteger sus propiedades y sus vidas, concluye Olsen.
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