martes, 7 de septiembre de 2010

SISTEMAS ECHELON, CONTROLANDO TODO....

MAPA DE DISTRIBUCION DE SATELITES Y ESTACIONES TERRENAS. AGREGAMOS hipótesis de distribución de Bases Espías 
Ver Infografía de Echelon Sistemas que Interfiere
 
Vigilar las palabras-clave
Además, el propio hecho de que Echelon permita intercambios de ”diccionarios” conduce a hacer de cada servicio de información, en su territorio, un agente de recogida de información destinada a los socios extranjeros. Pero la transmisión se hace... de manera automatizada y, a causa de la forma en que está programado el sistema, no permite a la parte neozelandesa conocer las palabras clave utilizadas por sus socios. Lo recíproco, esta claro, no es igual... Esto habría permitido, por ejemplo, a Estados Unidos utilizar las infraestructuras neozelandesas para espiar las comunicaciones de la asociación Greenpeace durante su campana de protesta contra las pruebas nucleares francesas en el atolón de Mururoa, en 1995, sin que los servicios – ni, a fortiori, el gobierno – de Wellington tuvieran conocimiento de ello. Otra originalidad en relación a las escuchas ”clásicas” es que las interceptaciones de comunicaciones se producen efectivamente a partir de ”palabras clave” y no colocando bajo vigilancia sistemática los números de teléfono, de fax o direcciones de Internet de personas concretas. Este aspecto técnico, muy prometedor en materia de informaciones, descarta cualquier posibilidad de definición a priori – por decisión judicial, militar o política – de la fuente de informaciones recogidas: cualquier persona es susceptible de ser escuchada en cuanto su conversación sea juzgada como ”interesante” por el programa Las derivas son inevitables. Un antiguo espía canadiense, Mike Frost, acusa a Margaret Thatcher de haber hecho ir a Londres, en febrero de 1983, a operadores canadienses para vigilar a dos de los ministros de su propio gobierno que – ingenuos – tramaban alguna traición política... a través de sus teléfonos móviles. Es una tentación utilizar un sistema tan secreto y poderoso para las informaciones generales y las operaciones de origen policial: en 1992, operadores de alto rango de los servicios secretos británicos, disgustados por algunas filtraciones, desvelaron que Amnistía Internacional, entre otras organizaciones no gubernamentales, había sido escuchada... a partir de palabras clave relativas al trafico de armas. Y, como ejemplo, mostraron a un periodista del Observer como procedían para interceptar las conversaciones relativas a la palabra clave ”ayuda al Tercer Mundo” (6). La elección de este periódico resultaba de lo mas indicada: los propietarios del Observer también habían estado sometidos a escuchas después de la publicación, en 1989, de una investigación sobre las actuaciones del hijo de Margaret Thatcher (7). Derivas aisladas? Como explica Steve Wright, investigador en la Fundación Omega, una organización británica de defensa de los derechos humanos, en el preinforme que remitió al Parlamento Europeo en enero de 1998, ”Echelon está principalmente dirigido contra objetivos no militares: gobiernos, organizaciones y empresas en, virtualmente, todos los países (..) Aunque muchas informaciones (recogidas por el sistema) conciernen a terroristas potenciales, se produce mucha inteligencia económica, especialmente una vigilancia intensiva de todos los países participantes en las negociaciones del GATT” (8).
No se trata, por tanto, de desviaciones aisladas; los sistemas de escucha no se limitan a la vigilancia de actividades terroristas o mafiosas, sino que también forman parte de su objetivo central las informaciones económicas y las informaciones generales de orden político. Los incidentes que se han conocido, y que figuran en un informe remitido, a comienzos de noviembre de 1998, al Congreso norteamericano en el que un proyecto de sanción contra la ley de finanzas 2000, se orienta a obligar a la NSA a desvelar la forma en que funciona Echelon y a confirmar su compatibilidad con la Constitución... lo que, a la vista del siniestro balance de las escuchas ilegales practicadas en todo momento por la agencia norteamericana, parece altamente improbable.
Controlados todos los mensajes
Ya en 1967 el Tribunal Supremo impuso la detención del proyecto ”Minarete” que suponía fichar a miles de organizaciones e individuos integrantes de ”listas bajo vigilancia” en las que figuraban ”disidentes” tales como Martin Luther King, Malcom X, Jane Fonda o Joan Baez. En 1975 fue el director de la NSA el que, ante el follón desencadenado en el Congreso, puso fin al proyecto ”Shamrock”, que con la complicidad de las principales compañías de telégrafos debía vigilar los mensajes telegráficos que entraran o salieran de Estados Unidos... En un informe remitido al Congreso en noviembre de 1998, el investigador Patrick Poole mostraba que las principales firmas que se beneficiaban del resultado del espionaje llevado a cabo por Echelon son las que fabrican el equipamiento de la propia red Echelon, particularmente Lockheed, Boeing, loral, TRW y Raytheon: ”Una relación incestuosa tan fuerte, asegura el informe, que las informaciones recibidas son utilizadas en ocasiones para expulsar a algunos fabricantes norteamericanos por parte de los más grandes contratistas de los sectores de la defensa y de la información, que, por otra parte, son con frecuencia la fuente de las mayores contribuciones financieras a los partidos que dominan la vida política norteamericana” (9). ”Las empresas europeas han realizado ya los gastos para Echelon, explicaba Alain Pompidou, presidente del Comité de evaluación de las opciones tecnológicas y científicas (STOA) del Parlamento Europeo. Pero, como comercian con Estados Unidos, se callan” (10). En descargo de estas empresas, se cita el hecho de que no exista ningún texto en el derecho internacional que reglamente las escuchas, y la dificultad de obtener informaciones fiables.
La participación británica perturba a las instancias europeas que, a petición de Martin Bangemann, entonces comisario europeo encargado del comercio, esperaban contar con “pruebas sobre la existencia del sistema”, antes de arriesgarse a entorpecer las “buenas relaciones comerciales con Estados Unidos”. Si bien el Foreing Office nos certifica que “no existe ninguna incompatibilidad entre la posición de Reino Unido en la Unión Europea y su deber de garantizar la seguridad nacional”, los diputados europeos piden en cualquier caso que se instaure un “código de buena conducta” así como la realización de una encuesta suplementaria que les llevaría a interrogar... a la NSA.

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