jueves, 4 de noviembre de 2010

LOS CHINCHES ASOLAN NUEVA YORK



      


La plaga de chinches que asola Nueva York se ha convertido en una preocupación para los turistas. Según publica ´The Huffington Post´, muchas personas que tenían viajes previstos a la ciudad están considerando sus visitas debido a la presencia de los insectos en hoteles y atracciones turísticas.

Las alarmas saltaron hace tiempo, aunque la confirmación de la aparición de chinches en el ´Empire State Building´ y en el Lincoln Center ha hecho que los miedos se trasladen más allá de los neoyorquinos y hagan peligrar la industria turística.

En los últimos 12 meses se han registrado alrededor de 24.000 quejas por picaduras, y es que los residentes en Nueva York llevan tiempo sufriendo las consecuencias de los chinches en cines, oficinas (como las de ´Google´ y ´The Wall Street Journal´), tiendas o restaurantes.


Profesionales del ámbito turístico han mostrado su preocupación por que la reputación de la ciudad se vea afectada, aunque admiten que no tienen constancia de que se hayan producido cancelaciones. Aún así ´The Huffington Post´ recoge los testimonios de personas que han cambiado de opinión y han decidido no llevar a cabo sus vacaciones en la ciudad.

ALARMA EXTENDIDA
La preocupación se ha extendido al equipo de administración de Michael Bloomberg, alcalde de la ciudad, que ha reconocido que la billonaria industria del turismo se siente amenazada por el aumento de las víctimas de los chinches.

Mientras tanto, las oficinas turísticas estudian cómo abordar las relaciones públicas para que el incremento de los casos no afecte al sector.
DIFÍCILES DE ERRADICAR
Los chinches que asolan Nueva York son diminutos, de forma oval, ligeros y muy difíciles de detectar. Pertenecen a la familia Cimicidae, desarrollan su actividad durante la noche y suelen residir en colchones y sofás.


Se trata de la especie que mejor se ha adaptado al entorno humano y su erradicación es complicada ya que pueden vivir entre un año y un año y medio sin alimentarse. Su forma de trabajar es peculiar ya que en ocasiones suben por la pared y se dejan caer sobre sus víctimas tras detectar el calor corporal y el dióxido de carbono que desprendemos cuando respiramos.


Cuentan con dos tubos en su aparato bucal por los que se alimentan durante cinco minutos. Por uno succionan la sangre, mientras que el otro sirve para inyectar su saliva, esa es la razón por la que se siente la picazón que pueden llegar a ser percibidas horas después.


Nueva York es la ciudad estadounidense que más sufre las consecuencias de los chinches. Según las autoridades sanitarias la razón principal es el continuo movimiento de personas de diferentes países.


Los estigmas que los chinches son capaces de dejar a los seres humanos sobrepasan lo puramente fisiológico. También traen consigo problemas sociales. Muchas personas dejan de recibir visitas en sus casas, e incluso, dejan de ser invitados.


La ciudad se enfrenta ante una invasión que, según las encuestas, es más preocupante que la presencia de las ratas y las autoridades se están viendo desbordadas por un problema de consecuencias todavía inimaginables.
Fuente: ProtestanteDigital.com

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