jueves, 17 de marzo de 2011

Radioactividad en Japón puede afectar la tiroides

Personal sanitario mide la radiación de los habitantes evacuados de una zona cercana a la planta nuclear de Fukushima 1
Personal sanitario mide la radiación de los habitantes evacuados de una zona cercana a la planta nuclear de Fukushima 1. (EFE)

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó ayer que los dos incendios ocurridos en la planta Fukushima provocaron la emisión directa de sustancias radiactivas a la atmósfera.
En un comunicado, el OIEA anunció que se midieron tasas de radiactividad de 400 millisieverts (mSv) por hora –20 veces la cantidad a la que se expone un trabajador de una planta nuclear–, esto ya se considera dañino para quienes viven cerca de la planta.
La cantidad de radiación bajó ayer por la tarde, pero el daño se mantiene ya que es superior a los niveles normales. Por ejemplo, el ser humano se expone normalmente 0,40 mSv al año, y un examen de mamografía libera 0,04 mSv.
Los daños. Esta cantidad de radiación (400 mSv) podría eventualmente causar problemas en la tiroides o afectación en la vista o piel y, a largo plazo, cáncer de tiroides.
“La cantidad de problemas varía entre la edad de la persona (los niños y jóvenes son más vulnerables), la cantidad de radiación que recibió, el tiempo durante el cual la recibió y la distancia entre la fuente de radiación. Pero esto no es Chernobil, Japón tiene una preparación muy grande en estos temas”, comentó el físico médico costarricense Erick Mora.
Para Carlos Madrigal, coordinador de Gestión de Riesgo del Ministerio de Salud, aún es pronto para poder medir el peligro que corren los japoneses.
“Los problemas para la salud humana llegan cuando la radiactividad se incorpora en el organismo. La gravedad puede depender de la forma en la que se recibe: si se inhala (la forma más probable), si se ingiere (alimentos o bebidas) o si la piel lo absorbe”, dijo.
“Los escenarios aún son muchos. Por ahora todo es una probabilidad de enfermedades en la glándula tiroides para quienes recibieron más radiación, pero no puede medirse en el corto plazo”, añadió.
En alerta. El OIEA mantiene en nivel cinco (de siete) la gravedad del accidente nuclear. Esto significa que está en un nivel de “accidente con mayor alcance”, en el que las radiaciones llegan a comunidades vecinas y pueden darse varios muertos en el largo plazo.
Sin embargo, la Autoridad Nuclear Francesa le dio nivel seis, “accidente importante”, con posibilidades de que la nube de radiación llegue a otros países y haya más muertos y casos de cáncer de tiroides. Según la agencia, la radiación ya llega a Tokio, aunque en niveles que no dañan la salud humana.
Para los expertos nacionales consultados, es muy poco probable que la radiación se expanda lo suficiente como para llegar a Costa Rica y afectar a la población.
“Todos estamos expuestos a radiación, ya sea por ondas que lleguen a la atmósfera o lo que comemos. Siempre hay una radiación de fondo que no afecta a la salud. Lo que uno prevé que pueda pasar es que tal vez esa radiación de fondo aumente, pero es improbable que afecte la salud de los ticos”, explicó Madrigal.

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