miércoles, 12 de enero de 2011

TRÁFICO DE NIÑOS EN HAITÍ


La frontera donde se pierde la infancia niños haitianos

Por GERARDO REYES/JACQUELINE CHARLES/El Nuevo Herald  

JUANA MENDEZ, Haití.- Con dos niños de brazos que recibe del lado haitiano de la frontera, el joven de piernas largas y vestido con un saco negro y pantaloneta, se interna en las aguas mansas del Río Masacre y, en menos de 10 zancadas, sin mojarse más arriba de la rodilla, está en República Dominicana.

Es día de mercado binacional en la frontera, la tormenta perfecta para camuflar el tráfico de niños en una caótica escena de miles de compradores y vendedores aglomerados en las calles de un pueblo fronterizo.

En medio del bullicio del mercado, entre los puestos callejeros y los carretones de madera cargados de mercancías, el hombre corre mirando a todos lados, como si se sintiera perseguido, hasta llegar a una casa donde se asoman dos brazos que reciben a los niños.


Es una maniobra fácil, certera, enteramente ilegal, que se repite una y otra vez en el punto supuestamente más vigilado de la frontera de 380 kilómetros entre Haití y República Dominicana.


"Es un juego'', dijo el primer ministro haitiano Jean-Mex Bellerive, al admitir a The Miami Herald que el contrabando se ha convertido en una fuerza económica, especialmente después del terremoto de enero que dejó un saldo de 300,000 muertos.


"Mucha gente es traficada. Hacen dinero. Todo el mundo a lo largo de la frontera se está beneficiando. Es su única fuente de ingresos. Y todos lo aceptan así'', agregó.


Después del terremoto, líderes haitianos y dominicanos se comprometieron a proteger a los niños de este cruel negocio, pero una investigación de El Nuevo Herald y The Miami Herald halló que el problema ha empeorado. Los reporteros fueron testigos de cómo los guardias de frontera recibían dinero así como del proceso de abierto contrabando de niños q
ue ofrecen para explotación sexual y servicios domésticos.
 
VIDEO: A UN AÑO DE LA TRAGEDIA SE AGUDIZAN
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