Por mucho tiempo, los establecimientos comerciales abrían sus puertas en horas de la madrugada después del día de Acción de Gracias. Pero este año, cadenas importantes como Target y Sears animaron a los consumidores a dejar la celebración de lado, en muchos casos interrumpiendo la sobremesa familiar, para precipitarse a la vorágine de las compras y convertir el día tradicionalmente considerado de mayor consumo en los negocios de ventas minoristas en una jornada de dos días.
Pese a las protestas de algunos empleados, tanto a los establecimientos como a los compradores pareció gustarles. Algunas personas se fueron de compras con la barriga llena. En otras palabras, dejaron su mesa tendida después de comer para lanzarse a las tiendas. Otros tomaron una siesta después de la gran cena y se fueron al centro comercial antes del amanecer del Viernes Negro
Fuente: LaRepública
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