Por: Paola Brito
Conozca el significado cultural y religioso de cada uno de los ingredientes de este tradicional plato que disfruta y prepara en familia durante la Semana Santa.
Una de las costumbres gastronómicas de los ecuatorianos, es la denominada fanesca, un platillo elaborado durante la Semana Santa por hace más de 400 años.
La Fanesca simboliza la unión familiar y esconde entre sus ingredientes una mezcla de símbolos católicos e indígenas, además fue el resultado de una fusión indígena y española, de la primera lleva los granos que se cultivan en tierras ecuatorianas y de la zona ibérica el pescado seco y la sazón.
De acuerdo a la tradición los pueblos antiguos se reunían en un grupo grande haciendo un circulo de piedra sobre la que extendían un mantel al que denominaban la pampanesa y cada uno de los asistentes llevaba un ingrediente como un símbolo de compartir el alimento. Posteriormente se da a esta tradición un significado cristiano.
El choclo es San Pedro por el número de hijos que representa cada uno de sus granos, el pelo del mismo simboliza su barba.
El chocho representa a Judas Iscariote y para ser un elemento de la fanesca debe ser purificado por siete días en agua de arroyo que corre entre las piedras, cada día corresponde a uno de los siete pecados capitales.
La arveja simboliza a San Antonio por su amor a la naturaleza y el trabajo al labrar la tierra, por lo que cada grano se denomina como una perla verde que alimenta el cuerpo.
La haba representa a María Magdalena por ser la compañera de la madre de Jesús, este es un grano de sabor dominante.
El zapallo encarna a San Francisco de Asis, la abundante comida de la calabaza su imponente presencia en color y textura representa a este Santo quien abandono su reino y fortuna para seguir a Dios y servir a los pobres.
El fréjol simboliza los Reyes Magos quienes se dejaron guiar por una estrella para llevar oro, incienso y mirra al niño Jesús es por ello que se eligen tres tipos de fréjol.
El bacalao recuerda la multiplicación de los peces para alimentar a miles de seres humanos, Jesús es representado por este ingrediente que se expande como el aroma conllevando el significado de compartir.
La cebolla es utilizada para simular las trenzas de la Virgen María, y al picarlas para su preparación provoca el llanto que simboliza las lagrimas que la virgen derramó en el vía crucis.
La leche es San Agustín, porque al igual que este Santo busca el equilibrio purifica las relaciones y además armoniza el equilibrio en sabor y aroma.
Hiervas aromáticas como el culantro y el orégano, son utilizadas para representar a San Martín de Porres, único Santo de color negro.
Las frituras, las masas y plátanos son los elementos que colocan al final, y significan los parientes políticos y visitas que llegan durante la Semana Santa para compartir este alimento.
En la antigüedad los cinco primeros días de la Semana Santa las familias cocinaban una fanesca cada día y la compartían entre los vecinos, así las recetas se fueron expandiendo.
Fuente: Radio Pública de Quito
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