La declaración suscrita por 191países que participaron en la conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible solo recoge vagas promesas para combatir el cambio climático y fija la transición hacia una “economía verde”, que es rechazada por ambientalista
Activistas protestan contra el capitalismo en el Parque Flamengo, Brasil. Foto: AFP
Agencias PL/EFE
Río de Janeiro.-
La conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20 culminó ayer con un acuerdo exiguo para frenar la degradación del medio ambiente y combatir la pobreza, bajo las críticas de los movimientos sociales por falta de metas vinculantes y financiamiento.
La cumbre, la mayor en la historia de la ONU, reunió durante 10 días a líderes y representantes de 191 países, en Río de Janeiro (Brasil), 20 años después de la histórica Cumbre de la Tierra de 1992, que tomó decisiones para combatir el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación.
El texto final del acuerdo fue saludado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, como un “buen documento, una visión sobre la cual podemos construir nuestros sueños”. Pero la sociedad civil denunció el “fracaso” y la falta de ambición de los líderes de las naciones.
“Río+20 fue decepcionante. Para los 175 millones de miembros de las organizaciones civiles que representamos hay un profundo sentimiento de rabia y frustración. No hay plazos, no hay medidas concretas, no tenemos ninguna garantía (...) y para el medio ambiente, vamos para atrás”, expresó Sharon Burrow, miembro de la Confederación Sindical Internacional.
“Esperábamos un documento más audaz, más ambicioso para los desafíos que estamos enfrentando”, manifestó Iara Petrovsky, miembro del grupo de articulación de la Cumbre de los Pueblos, al entregarle a Ban la declaración final de los movimientos sociales de varios países.
Fuente: El Telégrafo
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