El 11 de agosto de 1983, un grupo armado ingreso al museo Municipal de Guayaquil y se llevó las espadas del General Eloy Alfaro Delgado y de Pedro Montero, íconos de la Revolución Liberal. La toma la realizó la agrupación Alfaro Vive Carajo (AVC), y la denominó ‘operación agujas’, pues es con este nombre se conocía al arma que el Viejo Luchador.
28 años después, cuatro de los involucrados decidieron entregar las espadas al Gobierno de Rafael Correa por considerar que este es la continuidad del proceso iniciado por Eloy Alfaro.
“A usted le entregamos este instrumento de culto, estas espadas que durante 28 años fueron el secreto mejor guardado de los Alfaros”, dijo el pasado sábado Mireya Cárdenas, quien participó en el grupo AVC y ahora se desempeña como Secretaria de los Pueblos.
La nominación de varios compañeros en cargos públicos, marcó una diferencia al interior del ex grupo guerrillero, esta se evidenció la semana pasada con las declaraciones que hiciera uno de ellos en contra de la entrega de las espadas.
Juan Cuvi, fue el primer en expresar su inconformidad con la entrega de las ‘agujas’ de Alfaro. “Sería una vergüenza que se intercambien símbolos con tanto peso histórico y tanta carga humana por puestos burocráticos”, indicó a diario Expreso el pasado viernes.
Fuente: Buró de Análisis Informativo
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